Digámoslo así. Cada hombre se merece la mujer que tiene. En este caso, el marido es un holgazán. La mujer trajo al cabrón y en lugar de echar inmediatamente a la esposa y al amante de la casa, se limitó a decir unas frases de objeción que no tenían ningún peso entre esos dos. Una humillación aún mayor fue cuando, después de que su esposa había sido follada, cogieron y salpicaron de semen la cara del marido y éste volvió a dar una bofetada.
A muchas chicas no les importaría recibir ese tipo de atención médica. Pero simplemente no conocen a esos médicos, y les da demasiada vergüenza pedir que se añada a su historial médico. Fíjate en el fervor con el que la tratan en el minuto 9 del vídeo, hasta deseé haber ido yo a la facultad de medicina.
Quiero un t******* duro de Krymsk.